Valorar.
¿Qué es valorar?
Valorar es la capacidad que
posee el ser humano de otorgar a los objetos, hechos o personas
una apreciación. Al valorar se estima lo que está a nuestro alrededor y se
es agradecido con lo que se tiene. Pero, cuando afirmamos que estamos
valorando, ¿Realmente lo hacemos? Para descubrirlo tengo una historia que
contarte.
Hace unos años conocí una chica
llamada Alejandra, divina y peculiar. No había momento en que no llamará la
atención de los que se encontraban a su alrededor ni dejará de ser venerada. Al
principio me parecía una chica perfecta, y esto sucede cuando en ocasiones
creemos que el cascarón es lo que muestra de que está hecha una persona, y en
realidad el contenido de su interior es lo que nos deja claro quién es.
Nos conocimos en la
universidad, al pasar los días y mientras más clases tomábamos juntos,
disfrutar de la compañía nos hizo forjar una fuerte conexión. No puedo negar
que en ocasiones lo que era amistad caiga directo en un sentimiento aún
mayor.
Yo nunca he sido un chico con
ganas extremas de estar en una relación, y en mi pasado había rechazado muchas
chicas por el hecho de sentir que no era el momento o que no iba a ser valorado
como merecía después de tantas decepciones. Con ella me pregunté una y otra vez
si debía intentarlo, hasta que decidí dar el paso. Sabía que podía llevarme una
gran desilusión, pero también estaba seguro de que por una vez podría ser
diferente.
Durante
nuestra convivencia empezamos a conocer un poco de cada uno. Ella amaba el
humor negro y yo tomaba todo en serio. Ella un poco complicada con sus
emociones y yo siempre feliz. Ella tan volátil y yo tan firme y comprometido.
Así nuestras diferencias creaban una lista larga, pero de la misma forma había
muchas cosas en común que fortalecían nuestra química.
En el tiempo que estuvimos
juntos aprendí mucho. Comprendí la importancia de ceder ante nuestras
diferencias y verlas como una fortaleza. Descubrí el significado que tiene ser
paciente. El significado del compromiso para mantener cada relación y, sobre
todo, reforcé una fundamental, esa fue el valor de las cosas. Tal vez te
preguntes, ¿Qué cosas?, pues, del tiempo que se dedica, del amor genuino que
hoy en día es escaso, la entrega, la comunicación, el apoyo, los pequeños
detalles, esfuerzos que mueven nuestras relaciones interpersonales, pero sobre
todo valorar a las personas que tenemos a nuestro alrededor.
El único inconveniente era que
la mayoría de esos hechos los aprendí solo porque provenían de mí. Estaba
seguro de que ella no visualizaba lo que pasaba de la misma manera. Para ella
las diferencias eran un obstáculo y lo que debía ser valorado no era de su
importancia. Yo era quien siempre debía ceder y al final resultaba muy difícil
para mí. Ahí fue donde el valor de las cosas se perdía y yo no me sentía
valorado.
Cuando eres una persona que
siempre valora tus acciones son diferentes. Recuerdo a mis 22 años cuando
ingrese a mi segundo trabajo el cual no era de mi agrado, ya que no poseía
ninguna relación con mi carrera de marketing, pero era lo que había disponible
en ese momento. Adaptarme fue un poco complicado, pero luego la organización
empezó a mostrarme lo mucho que valoraba mi presencia y mi trabajo, me llamaban
''El número uno del departamento'', ahí decidí seguir dando lo mejor de mí, a
pesar de que no estaba en el lugar más deseado. De todas formas, me sentía
seguro de que esta oportunidad estaba forjando mi carácter y mi compromiso para
tiempos mejores.
Estando junto a Alejandra,
durante todo este tiempo y frente a cada una de mis experiencias de vida, su
actitud de no valorar nada me enseño que solo podemos internalizar los
aprendizajes cuando estamos listos, a nuestro tiempo. Que puedo ser compresivo,
dar mi amor y ceder mil veces, pero ella no verá lo que debe valorar de la
misma manera que yo hasta que decida aplicar esa enseñanza por sí misma y verse
desde adentro hacía afuera.
Hoy en día nos encontramos en
este tipo de situaciones que presenta la historia, con amigos, familiares o
parejas. Como decía al inicio: ¿Cómo darnos cuenta de que en realidad
valoramos? Es muy fácil
- Cuando recibimos algo bueno
entre las circunstancias que arrastran nuestra vida a disgustos o cansancio.
¿Agradecemos?
- Cuando nos tratan con respeto
y amabilidad. ¿Somos groseros o tratamos con amor?
- Cuando nuestro trabajo no es
el deseado, pero nos permite cubrir nuestras necesidades hasta obtener un
trabajo mejor. ¿Agradecemos o nos lamentamos todo el tiempo?
- Cuando nuestros problemas nos
están consumiendo, pero al levantarnos quienes nos aman están ahí, tenemos un
hogar y un sin número de bendiciones. ¿Valoramos?
Esta y un sin número de
acciones nos dejan claro que es valorar y si estamos cumpliendo con ello. Si en
tu vida tienes salud, un hogar, una familia, amigos, una persona que te ama, un
trabajo, planes futuros y demás, lo importante no es que sean perfectos, sino
que en la medida en que los valores dediques tu esfuerzo y compromiso a ellos,
para que así, a pesar de que no cumplan con todas tus expectativas puedas
sentirte afortunado.
No olvides el valor que surge
de los detalles del alma.
- Indhira Castro
Comentarios
Publicar un comentario