El tiempo.

¿Qué es el tiempo?





Muchos dicen que es una ilusión, para otros son las horas que no dejan de pasar, mientras para mí es un regalo. Un regalo de esos que debes envolver bien antes de entregarlo a alguien, un regalo que debes cuidar después de obtenerlo y un regalo que debes utilizar con cuidado, pues dicho regalo puede desvanecerse y no volver jamás.

Galveston, Texas
Estados Unidos

Mi nombre es Lucy, aunque todos me llaman luz. Nací en California hace unos 21 años. Me críe con mis padres en una mansión junto a la playa, mientras mis amigos andaban en Porsches y Ferraris de unos cuantos millones de dólares. Nunca me hizo falta nada, estudié en una buena escuela y luego decidí estudiar leyes en la universidad de California, todo hasta que mi padre quedo en bancarrota y tuve que retirarme y venir a esta islita. Patalee y grite a los cuatro vientos tratando de entender porque la vida me golpeaba de tal manera, en cambio mi padre dijo que era momento de salir adelante y aprovechar el tiempo.

Al llegar a Galveston, lo primero que hice fue buscar un trabajo. Después de tantos años de lujos todo me parecía repugnante, pero decidí empezar en uno de los cafés más reconocidos, no pagaban mucho, pero debía estudiar y ayudar a mis padres a pagar las cuentas.

En el café hice amigos. Primero de una chica que andaba riendo todo el tiempo y te hacia ver la vida de manera distinta, esa era Enmi. Luego conocí un chico que no terminaba de hablar sobre frases y reflexiones de Neruda y Paulo Coelho, ese era Kevin. Estaban locos, no me tomo mucho tomarles cariño, ellos fueron los primeros que me enseñaron el valor del tiempo.

En las tardes iba a la universidad de Galveston, donde decidí estudiar literatura y sacar a flote mi talento de novelista. En mi estancia conocí a mi amor de verano, ojos cafés, piel blanca y cabello negro, se llamaba Neithan. Él también me enseño el valor del tiempo. ¿Y saben cómo?, Con un adiós. Neithan era de los chicos que estaba presente cuando quería obtener algo de ti, si no lo lograba se comportaba como la persona más egoísta y detestable del mundo hasta que le rogaras que volviera. A pesar de mi crianza de lujos siempre había creído en el amor, así que eso fue todo lo que le di, amor y al quererlo una despedida silenciosa.

Unos meses después Neithan apareció preguntando donde estaba y porque me había ido de tal manera, ahí fue donde contesté

- No dices adiós a quien no escucha, simplemente te vas

Ese día le deje claro cuánto le había hablado al universo de él, le dije que las estrellas fugaces son hermosas, pero como duele cuando ya no están. Le conté que era una de ellas, efímeras, y como hay que aceptar lo que son desde que las ves pasar. Se ganó un lugar en mi corazón, no sé cómo ni cuándo solo sé que empezó aquel día en que creí que no era casualidad y que las almas se juntan por un propósito. ¿Y saben que es lo mejor?, Que lo quise sin apegos y eso lo hizo un sentimiento maravilloso. Un sentimiento que era hora de dejar ir. Ya había perdido mi tiempo con quien no me merecía.  

Después de todo lo pasado mi vida se convirtió en una aventura, Emily, Kevin y yo conocíamos personas nuevas cada día, disfrutábamos de las playas y atardeceres y hasta íbamos a fiestas sin ser invitados. Éramos locos y así nuestra amistad construyo un lazo inseparable. Ahí era donde recordaba sus enseñanzas sobre el tiempo.

Cada día que iba al café me preguntaba si era lo que quería hacer toda mi vida, si viajaría con Emily y Kevin por todo el mundo o si simplemente quería estar estática sin saber qué hacer. Me sentía estancada, a pesar de tener tres años en Galveston y estar terminado mi carrera de literatura sentía que el tiempo se me estaba acabando y en mi cumpleaños número 22 aún no sabría qué hacer con mi vida. Me armé de valor y le comenté a mi padre lo que sentía, mientras él respondió

- Querida Luz, cuando vivíamos en California cada uno de nosotros pensaba que lo tenía todo. Creíamos que una casa, carros de lujo y fiestas de ricos era lo mejor para encontrar la felicidad, pero aparte de eso, ¿Que estábamos haciendo con nuestra vida? Luego de que me quedara sin trabajo, perdiera mis negocios, casa y demás, entendí que no estaba viviendo y que mi tiempo debía ser invertido de manera distinta. Estando cerca de mi familia, con un nuevo trabajo donde hice amigos para la vida, una nueva casa para reencontrarme con tu madre y decirle lo mucho que la amo, ahí fue cuando comprendí en que debía invertir mi tiempo. 

Creía que se me había gastado el tiempo, pero no me había preguntado que estaba haciendo para cambiar esa realidad, que estaba dejando de lado, a que le estaba dando importancia. Así que en ese momento mi quería hija, fue donde entendí que el tiempo era hoy y que las situaciones difíciles estaban presentes como una manera de aprender a valorar lo que tengo. Ahora te toca a ti buscar en tu interior que es lo que quieres y a quien quieres.

Ese día fui corriendo a la casa de Emily y llamamos de inmediato a Kevin, a quienes les conté que quería ser escritora y viajar por el mundo. Los dos me abrazaron y sonrieron. Me dijeron lo orgullosos que estaban y como esperaban que me uniera a unos de sus viajes después de lograr mis sueños.

Todos estos años muchas personas en Galveston y alrededor del mundo me enseñaron a vivir de manera plena, me mostraron cuantas decisiones dejas de tomar por personas que no valen y al final solo pierdes el tiempo. Cuantos momentos dejamos de vivir por miedo, por estereotipos, por el que dirán. De cuantas personas te olvidas por pensar en los que ya se fueron, en los que no le importas. Cuantas experiencias pierdes por no amar, por no agradecer, por no valorar. Cuanta vida se te va por quedarte quieto, inmóvil. Ya no estamos en edad de posponer la vida.

Todo esto lo aprendí, ¿Y sabes por qué?, Porque el tiempo de vivir es hoy.


- Indhira Castro



Comentarios