Liberarse es el ultimo paso.
El ya no podía luchar con algo
que no era suyo, eso que entre veces se quería quedar, y en otras se
desvanecía. Aquel chico siempre buscó entender como el ser humano era
capaz de hacer tanto daño, como podía darle el corazón para fingir sentimientos y
herir todo lo que tocaba sin ninguna compasión. Así que, termino por
cuestionarse y llegar a la conclusión de que debía hacer un cambio.
Pidiendo al cielo que aquella
preocupación se fuera de manera fugaz, solo llegaba al punto
de perder su esencia, mientras creaba tormentas que no le permitían
avanzar. Fue entonces cuando le llegó aquel dolor que solo
disipo su inspiración, recordándole aquella cicatriz que aún no sana,
y que en sus noches sangra cada vez más, sin permitirle ver la
belleza que proviene de su alrededor.
Yanni, quien caminaba por
el sendero de angustias, mientras cada parte de su ser iba
desvaneciendo, presencio como ese destello que estuvo
esperando por tanto tiempo volvió a renacer y despertó su sentido de
volver a vivir. Al instante en que estaba más cerca de esa luz, pudo
darse cuenta de que quemaba, y que no vino solo alumbrarle, sino a estar
presente en sus nuevas caídas. Solo se preguntaba, ¿Por qué de nuevo?, ¿No es suficiente?
Pero llega a su
consciente un pensamiento de calma en medio de la tormenta, con el cual
recordó que nada de lo que nos pasa es casualidad, que las circunstancias
toman tiempo, y que necesitamos de este para superarnos, ser mejores personas y
encontrar nuestra misión aquí, en este loco universo. Sin embargo, llegó
otra idea a su mente que le hizo dudar de si ya no era lo
suficientemente bueno o que más debía cambiar, en ese
instante descubrió que le faltaba liberarse, y que ese sería el último
paso para llegar a su gran transformación.
Cada día estamos frente a las
acciones de los demás, pero depende de nosotros como estas nos afecten,
liberarse y soltar las situaciones que causan deterioro en nuestro
interior es uno de los pasos más difíciles, pero el más efectivo a la hora
de vivir a plenitud. Yanni, quien durante los últimos años de su vida tuvo que
crecer y madurar más rápido que los demás, contempló el desprecio de las
personas que él había ayudado a mejorar sus vidas, las mentiras de quien
decía ser el más sincero, burlas de sus mejores amigos y la indiferencia de
quien más amaba.
Se detuvo y observó como el ser humano hoy en día no se dedica, prefiere
lo fácil y lo descuidado en vez de aquello por lo que se debe luchar, como deja
una hermosa flor de múltiples colores por una sin destellos ni inspiración,
fingiendo querer solo para aprovecharse del alma de alguien justo y bueno, todo
esto porque ahora solo se vive a medias, dándonos de manera temporal y sin
preocuparnos por los sentimientos del otro. Por esta y más razones que aquel
chico contaba devastado decidí enseñarle que liberarse y soltar
es la única manera de resurgir desde los más recónditos pantanos que cubren lo
que somos.
Así lo hizo, empezó a soltar cosas, lugares, recuerdos, personas... Y durante su proceso entendió que no estaba solo, que muchos han sido traicionados después de dar lo mejor de sí mismos y a otros tampoco les han valorado como merecían, por esto, se unió a ellos y se liberaron, se desataron de todas esas cuerdas formadas por seres tóxicos que solo buscaban destruir y comprendieron que a veces hay que eliminar personas y sus recuerdos para poder vivir, vivir de verdad.
Al final de la noche, cuando
las luces se apagaban y no quedaba más por hacer, perderse en un
abismo era la misión del querido Yanni, así que mientras todo
le daba vueltas, comprendió que cada ser tiene su tiempo de aprender,
disfrutar de ese aprendizaje y ser feliz, y que ahora solo era su
lapso de estar ante el dolor, ese que le daría la facultad de encontrarse
de nuevo consigo mismo, y emprender aquel viaje al infinito en
el que pudiera darse el permiso de conocer todos sus dones, y sobre todo su
propósito dentro de este gran cosmos.
- Indhira Castro
Comentarios
Publicar un comentario